Experta en amores

Hola Mundo!
Llevo un mes en silencio bloguero no por voluntad propia sino por decisión de mi tos y del cansancio que se ha apoderado de mí. Aún no estoy recuperada pero me apetecía compartir esto con vosotr@s.
A Olivia le encanta dibujar y en cuanto encuentra un papel, da igual que sea un folio en blanco que la publicidad del Carrefour, hace un dibujo. Últimamente le ha dado por las tarjetas personalizadas, una para su amiga Alba, otra para la tita, para Papá…y por supuesto para mí.
Este es una de las últimas tarjetas que me hecho y según ella, es lo que hacen los cuatro cuando duermo el fin de semana( nos solemos turnar para madrugar).

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El monigote horizontal de la izquierda con los ojos cerrados soy yo. De izquierda a derecha están: Nilo el rubio y chiquitin, sigue Olivia con su pelo largoooo (que en persona no le llega ni a los hombros), Papá con sus gafas y el último es Fèlix con el pelo rizado y más grandote.
Cuando acabó mi tarjeta dibujó otra para Papá pero sin corazones, el suyo tenia un arcoiris:
– Para papá un arcoiris porqué es un pintor estupendo
– Jo, yo quiero un arcoiris- replico yo.
– Tú tienes corazones porqué eres una experta en amores.
Y solo puede comérmela a besos. Me chiflan estos pequeñas cosas que les hacen tan grandes y especiales. Olivia crece muy rápido y sus reflexiones son cada día más interesantes y divertidas. Hoy estaban los tres muy excitados y he pedido a Olivia que se tranquilizase, a lo que ha contestado: Mamá es que la cabeza me funciona muy rápido!! Ante eso no tengo nada que añadir, ¿no creéis?

Gracias abuela

Hace más de 10 años que mi abuela materna murió y por fin me he reconciliado con ese día.
Mi abuela Marucha vivía el León y yo en Barcelona. Desde niña pasaba los veranos en su casa y venían a visitarnos con frecuencia. Siempre me he sentido muy unida a ella. No lo puedo expresar con palabras pero seguro que me entendéis.
Marucha estaba orgullosa de haber superado un cáncer de mamá y mostraba con alegría que ya no tenía pecho, había sobrevivido.  Durante muchos años su marido, mi abuelo, Goyo estuvo muy enfermo  El día que mi abuelo se fue me pude despedir.
Ya sin mi abuelo, ella vino a pasar unos meses con nosotros a Barcelona. Después de la muerte de su amor su mente empezó a huir. Pasaba muchas horas con ella. Me explicaba  cosas sin sentido, para mí, pero importantes para ella. Hablaba de su niñez, del barrio, de Asturias…Me encantaba escucharla. A los pocos meses de estar con nosotros le detectaron cáncer de huesos y ya no había nada que hacer. Fue todo muy rápido. La familia decidió que debía pasar sus últimas horas en León, en su tierra y con su gente. Mi madre se fue con ella. Y yo viajaría a los pocos días. Tenía un billete de bus para un viernes a la noche y ese viernes por la mañana murió. No me esperó. No pude despedirme. Y eso me ha estado doliendo hasta hace poco.
De todos sus objetos, ella decidió que me quedará con su Medalla de la Madre. La medalla me acompaña en cada momento importante de mi vida. Me dejó su Medalla de la Madre.
Ella tuvo cuatro hijos: el mayor, los mellizos (segundos) y a mi madre, la pequeña. Estaba orgullosa de todos, pero sobretodo se sentía  especial  por ser madre de mellizos. Hablaba de cómo nacieron en casa, de cómo les deba el pecho, de cómo dormían, de las trastadas que hacían….Mi abuela me dejó su Medalla de la Madre y de ella heredé la posibilidad de tener mellizos. Ella lo heredó de su madre, que tuvo tres partos de mellizos, tres! Mi tío, uno de los mellizos, tiene mellizos y ahora yo tengo mellizos. Todos varones y muy diferentes entre sí.
Cuando me dijeron que venian dos pensé en mi abuela, y en mi madre que siempre quiso tener mellizos y no los tuvo. Durante las primeras semanas de embarazo me sentí enfadada pero pronto pensé que eran un regalo. Ahora estoy convencida que mi abuela me cuida, me da fuerzas y protege a mi familia. Sé que no es casualidad que yo tenga tres hijos, me tocaba, debía ser así y eso me hace tremendamente feliz, me acerca  y me reconcilia con ella, no necesitaba despedirse de mi porqué siempre vamos a estar unidas. Somos madres.
Gracias Marucha y Goyo. Os quiero.

Mis tios hace 70 años
Mis tios hace 70 años

Declaración de amor

Me gusta ser madre. Nunca imaginé que me sintiera tan cómoda y feliz. Me gusta ser madre de familia numerosa y me encanta serlo de mellizos.  Me imaginaba que sería duro y que tendría mil dudas y las tengo, pero he aprendido a confiar en mi instinto, lo que no siempre me da la seguridad que necesito.Hay algo que últimamente me preocupa especialmente: la relación entre hermanos.
Ayer presencié una escena de esas que toda madre o padre sueña con vivir. Aún me emociono al pensarlo.
Bajaba sola con los tres a la piscina, pedí a la Niña que me ayudara con los mellizos, son de distracción fácil. Me paré un momento a colocar una cosa del bolso y la Niña siguió hacia delante con sus hermanos. Pidió al Rubio que le diera la mano, se la dio y ella respondió con un beso en la mejilla. Después se la ofreció al Moreno y  le plantó otro beso. La escena era idílica y me quedé babeando un rato mientras observaba como subían los tres de la mano y entonces la Niña les digo: “Os quiero mucho a los dos”. Me derretí….
Fue una declaración de amor en toda regla. En ese momento supe que lo estamos haciendo bien. En general, los tres se llevan bien, están acostumbrados a estar juntos y desde hace algunos meses comparten juegos, lo no quiere decir que nuestra vida sea idílica, ni mucho menos, también hay momentos de peleas y llantos, pero escuchar algo así emociona a cualquiera, ¿no?
Espero que crezcan siendo hermanos y amigos, compañeros de viaje, que se respeten y quieran, que algún día piensen que les dimos el regalo más valioso que se le puede hacer a un niño: sus hermanos.